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“40Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Lucas 10:40 – 42 RVR1960
Faltando unas semanas para irme de intercambio a un lugar que soñaba conocer, Dios hablo a mi vida y me dijo que me llevaba a este lugar a que fuera luz. ¡Estaba tan emocionada y expectante de como Dios iba a usar mi vida! Que olvide escucharlo.
Siii, así como lo leen, llegue a Bournemouth con tantas expectativas más allá de que iba a aprender otro idioma, iba a conocer lugares nuevos que además soñaba con conocer y hacer nuevos amigos (amo hacer nuevos amigos) también sabía que iba a cumplir un propósito de Dios y en mi cabeza me imaginaba literal en el parque principal en medio de los jardines, predicando y orando y miles de personas llorando y aceptando al señor, y la realidad fue que deje que mis pensamientos y emociones sonaran más fuertes que la voz del señor.
Mi vida se llenó de mucho ruido que no me permitía escuchar la voz del señor y su dirección. Me empecé a frustrar un poco cuando me di cuenta que no estaba siendo usada de la forma que yo pensaba y en general de ninguna por que casi no hablaba de Dios. Yo obviamente no era consciente porque tenía mi “rutina” de oración (porque ya no era un momento especial, ya se había convertido en algo que hacía por costumbre), donde prácticamente hablaba como lora de todo lo que quería y no entendía como no estaba pasando, amen y listo. Ni siquiera intentaba saber si Dios quería decirme algo, es que creo que ni le daba chance de hablar.
Pero un miércoles, recuerdo tanto que todo cambio. Luego de vivir una situación triste, donde me robaron mi celular en la casa donde vivía, casa donde no estaba nada cómoda pero me lo aguantaba porque creía que era la voluntad de Dios que ahí estuviera (ERROR, pero con tanto ruido Paola no escucho las instrucciones).Ese día me cambian de casa y llego a otro lugar donde me abre la puerta un viejito, bajito, gordito y con su bigote blanco y yo solo dije NOOO DIOS ¿A DONDE ME MANDASTE? *Léalo con pánico*
El me indico cual era mi cuarto, mi nuevo espacio (mucho mejor que el anterior) y cuando cerré la puerta y me quede sola en el cuarto yo solo pude acurrucarme en la cama que tenía un tendido precioso, a llorar, me sentía tan quebrada, no sabía que había pasado y le decía ¿Señor para eso me trajiste? ¿Este era tu plan? ¿Qué paso? Y estando en mi momento de conflicto, siendo muy desagradecida para ser sincera, sentí como simplemente ya no podía reclamar más, me quede sin palabras, silencio absoluto, en esa cama acurrucada y ahí en medio del silencio, pude escuchar nuevamente a Dios.
– TE HE TRAIDO A UN LUGAR MEJOR –
Tome un baño, baje a comer y con esa frase en mi cabeza me fui a dormir.
Los primeros meses en este país fui marta, estaba tan preocupada y afanada de las cosas que yo creía que debía hacer para agradar al señor que me olvide por completo de él… Le subí el volumen a mis pensamientos, a mis emociones, a mi ego y le baje totalmente el volumen a Dios.
A pesar de eso, Dios cuido de mí y de mi vida ese miércoles, me llevo a un lugar donde pude tener espacio para conocer más de su amor y su corazón, donde pude restaurar mi relación con él, donde podía disfrutar no de rutinas, si no de momentos en su presencia y donde me consintieron y me hicieron sentir amada.
Fui marta porque me deje llevar de las cosas temporales y me deje turbar, pero Dios en su infinito amor me enseñó a ser como maría, a entender que no es la cantidad si no la calidad y que de nada serviría llenar los jardines de la ciudad para hablar de él, si él no estaba conmigo.
De pronto te esté pasando como a mí, que tenía tantas preguntas y reclamos pero nadie atendía mis solicitudes y puede ser que en este momento tengas al señor en mute, super silenciado o archivado y no sepas. Subir el volumen al mundo y bajárselo a Dios a veces pasa y no nos damos cuenta.
Hoy mi invitación es que puedas apartar unos minutos de tu tiempo y le digas al señor, No se trata de mí, se trata de ti, ayúdame a escucharte a ti, a poner mis ojos y expectativas en ti.
Señor yo hoy te pido que puedas direccionar mi vida, perdóname si mi corazón y mi mente se dejaron opacar por el ruido del mundo, te pido que me ayudes a escucharte a ti, a verte a ti en cada pequeño detalle de mi día y que mi corazón pueda conocer más al tuyo. Ayúdame a escucharte con claridad y a vivir para agradarte, sin importar la situación. Te pido que guardes mi corazón y me ayudes a preocuparme menos de lo pasajero y pueda agradecer más por lo eterno, toma tu lugar en mi vida. Te amo señor.
Amen
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